sábado, 19 de junio de 2010

No me importaría machacar la nuez de tu garganta.

Al menos tu silencio sería util así.

[Alimentaría]
Y tal

martes, 15 de junio de 2010

Fondo y superficie

En el fondo buscaban ser salvados.

Él, la princesa cursi de vestidos de flores rosas.

Ella, el caballero de la armadura de papel.

No se les daban bien los roles que les tocaban, Él se atribuía los bienes femeninos de Ella y Ella ataba los cordones de Él para que se cayera y la necesitara.

Nadie sabía nada, trepaba a su habitación y le miraba.

Él se hacía el dormido, las princesas no deben sucumbir a las tentaciones. Por muy ingeniosas e impetuosas que sean. Las princesas no deben despertarse, aunque suenen tambores fuera. Las princesas, han de permanecer siempre iguales y aburridas, tediosas ante el tiempo.

Se sintió triste, su armadura de papel no era lo suficientemente dura como para derribar aquel torreón.

Pero mientras, le regalaría palabras, tantas y tan suculentas que no quedaría más remedio que terminar leyendo todo lo que había escrito para Él.

Porque en el fondo, los dos querían ser salvados.

Pero Él no sabía que su salvación pendía de las palabras.

Ni Ella que el papel no era infinito. Pero sí podía ponerse más capas.

Urdió un plan, tan sumamente elaborado que atrapó sus dos mangas, escaló una vez más el torreón y se lo enseñó. No fue suficiente, tal vez mañana.

Al día siguiente, su plan cubría toda la armadura.

No era un plan con final feliz, incluía discusiones, gritos a media noche, cisternas que suenan y luces apagadas. Incluía el desánimo, las ganas de morir y matar, pero sobre todo, le incluía a Él.

Porque en el fondo, los dos querían ser salvados.

En la superficie, ya estaba el plan.





En el fondo, los dos querían ser salvados.