domingo, 19 de junio de 2011

El día en el que ya no te importe lo que piense la gente no me acordaré de quién eres.
He hecho, sin duda, el mayor acto de poca vergüenza académica de mi vida.

Estoy francamente orgullosa.

domingo, 12 de junio de 2011

Hoy llamé.

Pero no había nadie.

Todo esto me sobrepasa.

Y de qué manera.

sábado, 11 de junio de 2011

Lo peor es que cada noche dormirás pensando que siempre has sido claro y que no has hecho nada mal.
Cada vez que dijiste "prefiero que no vengas" dejaste más claro que no tenías intención de ir a ningún sitio conmigo.

Pero era bonito lo de enterarse después de tus razones.

Otra muestra más de tu madurez, seguramente.
Cada vez que recuerdo algunas de las cosas que me has dicho tengo más claro que mi vida no es como el mercado negro de órganos humanos.

No se me puede querer por partes.
Creo que estoy agotando los recursos naturales de mi cerebro.

Pero queda menos.

miércoles, 8 de junio de 2011

No sé cómo se juega.

Pero también me apetece tener 13 años y preguntarle a tus amigos cómo estás.

[Lo de la madurez ya aburre, ¿cierto?]

lunes, 6 de junio de 2011

Resulta irónico que algo tan destructivo como el dolor sea tan productivo.
Son ese tipo de certezas, sumadas a tu ausencia las que me hacen plantearme si todo aquello fue real. No si sucedió, sólo si fue real que me querías cuando me mirabas.

No consigo negarlo aún, pero tal vez esa sea la clave.

Siempre pensaste que algo fallaba en todo esto.

Por supuesto, ese algo no eras tú.
A pesar de la tormenta que hay fuera, de que la lluvia está taladrando una parte de la ventana me siento segura.
Desafío al agua abriendo una parte de mi ventana, sólo la que yo quiero, sólo la que sé que no me va a mojar.
Es mi pequeño momento kamikaze en toda esta locura, el único instante en el que me permito desafiar.
Ya ni puedo, no me apetece.
No merece la pena.

Pero la lluvia siempre me permite mirarla a la cara y plantarme como si importara lo que yo opinara.
Tengo un mes y medio para recuperar mis 21.

Me he dedicado a odiarlos demasiado tiempo.
Lo único que me separa ahora mismo de mi objetivo es la lluvia.

Mojarme es imperdonable.

Pero lo superaré, sin analgésicos.

domingo, 5 de junio de 2011

Soy lo mejor que tengo.

No puedo dárselo a cualquiera.
A veces me despierto y miro las montañas desde mi ventana, me creo Heidi pero cuando voy al espejo la palidez me traiciona.

[No es ningún trauma]

sábado, 4 de junio de 2011

Negaré haberte conocido para que no me pregunten si te quise, así nunca sabrán todo el daño que me hiciste.

[Tú tampoco te enterarás]

jueves, 2 de junio de 2011

Siento no ser una de esas idiotas que se sienten importantes sin tener que recurrir a sus tacones.

Culpable

En este juicio, del que ninguno de los dos saldremos vivos me declaro culpable.

Me pesan los cargos de perfección durante la ejecución, de premeditación y alevosía exagerada al querer verte feliz.

Me pesa la culpa de no poder saberme juzgada por un tribunal superior ya que siempre, de alguna forma, implícita o explícita has pregonado mi deficiencia en cuanto a años.

Me pesan los pertinentes cargos por insistencia, por paciencia desmesurada contigo cuando debí haber cometido sola este crimen.

Me pesa haberme librado de una parte importante de mi autoestima por haber odiado durante tantos años mi juventud.

Me van a pesar, más aún, los recuerdos. El alivio supone saber que gracias a alguno de mis cargos anteriores siempre podré enmendarlos con cualquier ángel caído que se entere de una vez que hay presos que merecen que le ensanchen un poco la celda.

Me pesa no haberme metido en tu mundo, no haber sido capaz de ser una idiota más que te bailara el agua porque sí.

Pero, sin embargo, lo que más me pesa es que ya ni siquiera te recuerdo sobre mí. Te has encargado de ir borrando todo aquello. Tú, y la manía de no esperar nada de ti.