No te nubles, ven en silencio a mi regazo y piérdete en el silencio de mi perdón.
No te nubles, no olvides que todo aquí está pasado, no deshagas ya tu error.
No te nubles, calla y escucha por una vez, que fuiste tú quien lo deshizo y quien mató.
No te nubles, no pierdas la ironía que sería volverme a importar, pero no te exculpes más.
No te nubles, y, si lo haces, recuerda que fue mi regazo el que te esperó sólo a ti, mientras tú buscabas nubes y lluvia donde no la había, aquí había claridad para ti.