Y decirte, amor mío, que tuviste un gusto pésimo al no darme la opción de hacerte feliz.
Y que yo, siempre seré mejor que cualquier otra.
Pero eso es algo que ya sabemos los dos.
Sobre todo tú.
viernes, 23 de diciembre de 2011
domingo, 18 de diciembre de 2011
Me fui a llorarles a todos, no tuve reparo y acabé contándole mis terribles penas a gente que ni siquiera conocía.
Me vi llorando en calles, frente al mar y de cara al asfalto y ladrillos con paciencia infinita. Lloré en habitaciones azules, rosas, blancas y moradas. Lloré, lloré tanto que me desgasté. Irrité mi cara y enrojecí mis ojos de tal manera que me estorbaron las pestañas y todo lo que no era pena.
Lloré tanto que no podía seguir. Lloré de tal manera que a finales de agosto no me quedó más que dejar de hacerlo. Lloré, y con ello se me fue el sueño y vino un dolor que llegó a convertirse en la más fiel compañía de los últimos meses.
Lloré y le eché. Y al dolor también.
Por eso, puestos a hablar de responsabilidades, acata la tuya de una puta vez y entérate de que no eres tan bueno como crees.
Se te hace cuesta arriba estar a mi nivel.
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