jueves, 31 de diciembre de 2009

Notas en la cama (Octava sábana)

Mis antecedentes matan a tus descendientes.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Notas en la cama (Séptima sábana)

Tu cobardía es proporcional a mi enfado.

Lo miserable que eres, no tiene comparación.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Interrógame, yo haré lo propio.

Puede que esto se me esté escapando de las manos.

¿Quiénes sois?

¿Qué hacéis aquí?

¿Cómo habéis llegado?

Estáis... locos.

A las pequeñas personas hablantes habitantes en la nave nodriza con base en mi cabeza.

Notas en la cama (Sexta sábana)

Se me escapa el tiempo entre gotas de agua mientras me observo en el espejo.

Tal vez algo más cansada que ayer no me cuesta levantarme tanto como antes. Hoy necesité sólo dos horas para recordar quién soy sin ningún tipo de distorsión.

Debí entenderlo hace tiempo, justo cuando aún me gritaban "Es tarde" y yo me quedaba mirando el reloj suplicándole un minuto más para poder despedirme con notoriedad.

"No va a venir"

Ahora es tarde, ha pasado tanto tiempo que apenas recuerdo tu voz, ni siquiera tus ojos y, mucho menos, tus manos. Ahora es tan tarde que si te viera no sabría quién eres. Ni siquiera podría reprocharte nada porque serías un desconocido más.

Ahora, que ya no te conozco, ahora que no te busco, ahora que no te encuentro. Justo ahora, apareces.

Y me da igual que vuelvas, que me conozcas o que me busques.

Porque yo ya no soy, no estoy, no vivo, no respiro y no lato todo lo que antes era, estaba, vivía, respiraba y latía.

Porque ya sí que es tarde para volver con un ¿Qué tal? y esperar que todo siga igual que hace cinco años.

Ahora es tarde para que te enteres de que, cuando tú decidiste enterrarte, yo también lo hice. Me quemé en lo que era y tuve que encontrar lo que no era para empezar a ser quién soy.

Ahora, es tan tarde, que podrías volver a tu tumba y quedarte allí.

Muerto estabas estupendamente.

Y yo, viva, gano mucho.

Notas en la cama (Quinta sábana)

No es difícil decirte "Adiós"

Se trata sólo de articular unos cuantos fonemas en el momento adecuado.

También puedo escribirte una carta, una de esas que ya no se escriben.

Me llamarías anticuada y podría convertirla en proyectil para que no volvieras a leer.

No es difícil decirte "Adiós"

Podría, incluso, componerte una canción.

Pero no sé cantar, te reirías.

No es difícil decirte "Adiós"

Se me ocurre la idea perfecta.

Yo desaparezco, tú vuelves y me preguntas si me fui. Para entonces ya no estaré y no podré contestarte, no sabré escribirte una carta porque me habré dejado todo lo que tenía cerca de ti, como cuando aún estabas; y no podré cantarte porque, para entonces, mi voz estará tan lejos que no podrás oír ni un sólo susurro de los que antes te gritaban    "Hola"

domingo, 6 de diciembre de 2009

Anomia (Pensamiento largo número 1)

Será porque hace varias madrugadas
que permanezco en la cama
Pendiente de derramas no pagadas
que me hablan de reformas inacabadas.

Ascensores pesados que no encuentran subidas
Bajadas no alimentadas que no encuentran salidas.
Escaleras ansiosas de caídas
Portales llenos de ansiedad y falsidia.

Será porque mi cama no aguanta más frialdad.
Será porque estoy falta de soledad.
Será porque no tengo otra cosa más que hacer que preguntarme aún:

¿Por qué?

Nota (no aclaratoria): Nació siendo un "Notas en la cama" pero no sé muy bien dónde puede llegar, por eso no lo incluyo en ninguna categoría, creando sólo para él o ella una nueva y merecida. Dado que, por las horas que son, la falta de sueño y el frío exterior mi inspiración ha decidido irse de copas con algún mindundi de barba mal cortada, me limitaré a bautizar al baúl que lo o la va a contener como "Anomia" por aquello de la falta de... rigor.