Lo nuestro, mi amor, no era 1999.

Casi mujer

Eso fue lo que me dijiste después de preguntarme qué tal iba todo. Como si esperaras que te contestara con ilusión, con alegría o siquiera con condescendencia.

Cuando te devolví el insulto preguntándote por el jeriátrico me volviste a llamar adolescente y me dijiste que alguien de 30 mataría por un piropo así.

Te recuerdo, que ni tengo 30 ni los tendré en poco tiempo.

Y que maten, me da igual.

Lo siento, creo que te equivocaste de persona cuando me dijiste aquella fatalidad de "Casi mujer"

Si fuera una "Casi mujer" ten seguro que no estaría hablando contigo, emplearía el tiempo en cosas mejores impropias de la edad.

Como hacer visitas en un jeriátrico.

Porque yo, no soy una "casi mujer", y lo sabes.

[Otra cosa es que te joda reconocerlo]

Como si leyeras esto...

Esa es la sensación que tengo.

Pero no.

Si lo haces, saca la patita.

Adiós se dice así:

Adiós.

Se entrelazó en su pelo y, mientras empapaban las sábanas deseó parar un segundo para poder retratar ese instante.

Le gustaba quemarle.

Ahora sí que estoy herida.

Y te da igual.

Eso es lo único que quiero que me des.

Igual.

No merece la pena confiar.

¿Para qué?

Me gasto la comprensión en ti.

Desearía

Estamparte una a una todas las excusas que me das para que ahora el resultado sea mi malestar.

Reconzoco que me está doliendo.
Que te echo de menos.
Que me duele.
Que me dueles tú.
Que te libras de la culpa porque me avisaste.
Que me parece irresponsable por tu parte.
Que no puedo odiarte.
Que no quiero odiarte.
Que quiero que estés aquí. Cogiéndome la mano en el sofá de al lado mientras duermo Amélie.
Que quiero que me vuelvas a cocinar los carbonara.
Que te quiero.
Que sigo sintiéndome menos.
Que no soy menos.
Que me tengo que querer aún más.

Que se me está haciendo duro todo esto, porque además, eres mi amigo. Y no puedo recurrir a ti para contarte que me está matando esta cardiofractura.

Sigo intentando matar la costumbre de acostumbrarme a ti.

[Se me hace un mundo.]

Cardiofractura severa.

Lo siento, me dejé la razón entre las sábanas de tu cama.

No me he dado cuenta de que esta idiota sigue enamorada.

No te preocupes, pronto iré a recogerla.