domingo, 27 de marzo de 2011

Me has cansado.
Me has agotado.

Y lo que es peor, me haces sentir menos que el resto.

Estoy HARTA.

viernes, 25 de marzo de 2011

No me importa que te vayas.

Porque hace tiempo que no estás.

jueves, 17 de marzo de 2011

Tiempo

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no entenderás, es que no se trata de que te sientes frente a mí una hora y me pidas que te hable.

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no entiendes ya es que son sólo cinco minutos lo que necesito para decirte lo que me duele, lo que me taladra y lo que me sana.

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no has entendido ya, es que cada vez que pospones una conversación, lo único que consigues es hacerme ver que no soy lo suficientemente valiosa como para detener tu tiempo un segundo y decir:

-Soy yo quien va a escucharte ahora, y si quieres, mañana también. Y cuando tenga más calma y tiempo, seguiré teniendo segundos para ti. Los que quieras.

Porque yo soy la idiota que siempre lo hace.

O lo ha hecho.

Pero que no sabe si lo hará.

Metal

Seguro que el motivo real por el que Eiffel hizo aquella torre fue para hacer ver a alguien que era importante.

Pero se le olvidó que ella sólo quería que la escuchara sin posponer todo aquello que le quería decir.

Y ahí está, ese enorme amasijo de hierros esperando que alguien le saque de su tumba, le zarandée y le diga al fin, que se equivocó.

Que ella no quería llegar al cielo sobre acero, ni hierro, que no quería enredarse en tornillos.
Que sólo quería que la escuchara y la hiciera sentir importante.
Sin ningún metal más que el hilo de cobre que necesitaría para coserle el corazón que poco a poco le iba partiendo.

Sólo pedía cobre, y se encontró una torre entera de hierro.

No era lo que quería.

sábado, 12 de marzo de 2011

Hace seis años también llovía.
Después de hacerme pasar una noche amarga hablándome de ella decidiste que era momento de tomar las riendas.
-Estamos juntos.
No diste opción a que te dijera que no, tenías claro cuál iba a ser la respuesta. Yo no tanto. Desde entonces, y por dos meses, compartimos tres horas a las tres cada noche de cada día. Y unas cinco del resto de las 24.
Mis horas de reposo se convirtieron en ti, en tu voz, en nuestras risas y en lo mucho que te quería. Así, en singular. Sé que alguna vez fue en plural, me niego a pensar que no fuera así.
Hoy serían seis los años que estaríamos juntos, me es inevitable acordarme de ti. Si supieras cómo están las cosas hoy, si supieras lo mucho que te debo por haber sido tan hijo de puta.
Aquella media tarde, de aquel sábado 12 de marzo decidiste que era buen día para empezar a imponer.
Lo hiciste tan bien que llegué a pensar que la que ganaba era yo.
Como si aquella entrada fuera premonitoria.

Hoy, que no puedo respirar, que me está doliendo todo, que he mezclado a la gripe con la sinusitis y el dolor más profundo. Hoy, me doy cuenta de lo prescindible que soy.

Agradezco el esfuerzo al intentar hacer ver que no es así.

Pero yo, por mucho que duela reconocerlo, no soy prioridad.

Esa es la verdad.

Y me está machacando.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Me apetece activar el modo niñata, pero no puedo.

Siempre hay que demostrar algo.

Pero hoy no me apetece.
Soy aquello que siempre se puede dejar para después.

sábado, 5 de marzo de 2011

Si supieras que lo único que necesito ahora para estar bien es que tú estés no dejarías que pasara la noche sola.
Odio cada vez que me dices que no lo mereces.
-No me has echado de menos.

-No eché de menos que me colgaras.

martes, 1 de marzo de 2011

Supo entonces que se había dejado gran parte de la inocencia en el puente de Carlos aquellos días.
Lo peor es que también olvidó la ilusión.
Y ahora, más que nunca, es consciente de ello.