domingo, 13 de febrero de 2011

Fue bonito escuchar de su parte aquello de "Creo que me está tratando como merezco que me traten"

Pero, sobre todo, fue justo.

sábado, 12 de febrero de 2011

Carta de felicitación.

Sonó Yann y empezó a escribir.
Sin darse cuenta el tono se vio ensombrecido por la despedida. No era la intención, pero todo apuntaba a ello. No pensó y realizó los trazos más desgarradores que hasta entonces había hecho.
Y no había demasiado dolor, simplemente desánimo, con cada una de las palabras, impregnadas de tristeza, se fue purgando.
Pidiéndole, por favor, que Él no cambiara.
Aunque Ella, de forma inevitable, lo estaba haciendo.
Y sospechó, de alguna forma que aún no ha identificado, que es probable que se suba pronto al tren.
Al Circo Humano.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Seamos sinceros.

[Miénteme a la cara]

sábado, 5 de febrero de 2011

Azul

Ayla era una víctima más de aquella guerra, el haber figurado entre las listas de los candidatos de aquel partido la había convertido, automáticamente, en objetivo de cualquiera del escuadrón contrario. Eran su nombre, su pelo y su identidad quienes la delataban, todo marcado por un profundo color cobrizo.


La conocían como la chica de las pecas, en honor a las que coronaban sus mejillas y a las que solían poblar su falda de vuelo. El amor por el talle alto en la misma la había consolidado como una más entre las filas del glamour de aquella época.

En aquel país, en el que ya no quedaba nombre para nadie, ella era perseguida.



Antes de toda aquella revuelta, de la revolución de los ricos acomodados que luchaban por tener más aún tuvo que sumergirse en aquella alcantarilla para poder subsistir.



La suerte, el destino o la política la habían llevado a erigirse como una figura de autoridad en el parlamento, lo que la había convertido en presa fácil de comentarios envidiosos que la acusaban de ser sólo la cabeza de turco de aquel arriesgado plan.



Su primer contacto con aquel mundo, principalmente masculino se materializó la primera tarde de la primavera en la que no dejó de nevar hasta mayo. Aquella tarde tocaba azul, como si eso la fuera a hacer sentir más segura. Tropezó en el primer escalón del congreso y al volverse sonrojada para ver si alguien la había visto le descubrió riéndose. Recogió sus papeles lo más dignamente que pudo y, cuando iba a emular a su odiada Cenicienta, él pasó a su lado, sin siquiera mirarla. Pasó entonces del odio a la extrañeza, debería haberse acercado a ella para ayudarla, pero arrugar aquel traje debía ser un sacrilegio.



Ya era tarde y tuvo que volver a correr, la prisa la inundó y se sorprendió entrando en el sitio en el que había luchado por estar. Su azul y ella se sentaron en el cuarto asiento de la tercera fila y tras comprobar que aquel número, el 7 se había apoderado de su primer día, empezó a escuchar.



Le sorprendió entonces mirándola, como si nada más de lo que allí hubiera le interesara, salvo ella, su coleta y su azul. Y supo que quería besarla, a pesar de que no conocía su nombre. Simplemente quería abrazarla.



A ella, y a su azul.

viernes, 4 de febrero de 2011

Justo ese momento, en el que te das cuenta de que ya eres prescindible.

jueves, 3 de febrero de 2011

Y volver a reconstruir aquellas miradas, aquellos roces de manos que no querían decir más que "Aquí estoy, contigo, por y para ti"

Aquellos recuerdos, que conviven conmigo día a día son parte de lo que me hace pensar que todo aquello fue real.

Intento pasar por todas aquellas calles, por mis sábanas y por la cocina pensando que todo lo que sucedió no fue real. Que simplemente fingías porque te apetecía pasar más calor en verano, que nunca me quisiste y que no te llegué a importar.

Pero entonces te recuerdo desnudándome y no soy capaz siquiera de dudar de que fueron los momentos más bonitos que podría haber imaginado. Te recuerdo mientras me mirabas y me acariciabas el pelo y es imposible dudar que me querías.

[Porque me querías]
Me encantaría poder decirte que me apetece abrazarte.

[Me gusta demasiado la verdad]

martes, 1 de febrero de 2011

Se descubrió entonces rodeada de aquellos seres mientras pensaba en él. Recordaba cuando se tumbó sobre su pecho en aquel hotel y vieron la peor película de la historia.
Nunca se lo comentó, pero cuando puso su cabeza sobre Él, notó como el corazón bombardeaba con latidos intensos. El de Ella también lo hacía.
Recordaba ese momento mientras le acribillaban con preguntas que para Ella eran obvias.
Pero tuvo que centrarse y olvidar.
Olvidó que en el centro, donde Ella le había situado a Él, ya no había sitio para nadie más. A diferencia de Él, seguía quedándole sitio. Pero ahora Ella ya no llenaba nada.
[Y eso la entristecía]