No me importa que huela a café por las mañanas.
No me importa que me toques los pies.
No me importa que no hagas la cama.
No me importa que no te importe no leer esto, porque ni siquiera sabes que existe.
Lo mismo tú ni existes...
Yo sé que sí.
Y que mi vida, es mía.
Y eso, me importa.
Quiero que huela a café por las mañanas, y el día que acabe, también olerá a café.
jueves, 1 de julio de 2010
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Pensamientos absurdos