Te quiero mirar.
Lo quiero hacer de verdad.
Quiero ir hasta tus ojos y verte.
Te quiero escuchar.
Con atención, con admiración.
Quiero acercarme a tu boca y dejarme susurrar.
Pero, mi amor, tú y yo alejamos cada vez más nuestros sentidos.
Cada vez somos más prisioneros de la lejanía.
Y cada vez más se esfuman las ganas.
De recordar la vista o el oído.
Y de que a mí se me olvide que ya se fue.
Mi confianza en ti.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
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Pensamientos absurdos