lunes, 12 de octubre de 2009

Sustancialmente insustancial.


Mi botón de off está encendido más de lo que debería. O no.

Repasando las pocas líneas que conforman mi vida hallo demasiadas curvas que patinan sin dificultad por estridentes picos de rectas inconclusas.

¿Qué sentido tiene?

Nunca me gustaron las paralelas, me cuesta un trabajo horrible seguir las directrices de otras líneas, ya sean rectas o curvas con el fin de…

¿Qué fin tiene seguir a otros?

¿Qué fin persigues cuando persigues a otros?

¿Qué es el fin?

¿Por qué no empezamos por el fin?

Entonces me remonto al principio, a mi funeral, a cómo lo planee y cómo empiezo a dudar que sea así.

“Eres distinta”

¿A quién?

“A las demás”

¿Quién es demás?

De qué me vale oír palabras si luego no son plenas, si no pueden ejecutarse porque mi botón de on y off está averiado. No sé qué le pasa, no sé despertarlo, accionarlo, desmembrar sus circuitos internos para poder decir:

“¡Hey (Jude)! ¡De nuevo aquí!”

Y, si no me he encendido ya, será que estoy en standby… y no sé qué es peor.

Quiero on…

No.

Quiero off…


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Pensamientos absurdos