jueves, 17 de marzo de 2011

Tiempo

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no entenderás, es que no se trata de que te sientes frente a mí una hora y me pidas que te hable.

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no entiendes ya es que son sólo cinco minutos lo que necesito para decirte lo que me duele, lo que me taladra y lo que me sana.

Lo que no entiendes, y mucho me temo que no has entendido ya, es que cada vez que pospones una conversación, lo único que consigues es hacerme ver que no soy lo suficientemente valiosa como para detener tu tiempo un segundo y decir:

-Soy yo quien va a escucharte ahora, y si quieres, mañana también. Y cuando tenga más calma y tiempo, seguiré teniendo segundos para ti. Los que quieras.

Porque yo soy la idiota que siempre lo hace.

O lo ha hecho.

Pero que no sabe si lo hará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pensamientos absurdos