lunes, 6 de junio de 2011

A pesar de la tormenta que hay fuera, de que la lluvia está taladrando una parte de la ventana me siento segura.
Desafío al agua abriendo una parte de mi ventana, sólo la que yo quiero, sólo la que sé que no me va a mojar.
Es mi pequeño momento kamikaze en toda esta locura, el único instante en el que me permito desafiar.
Ya ni puedo, no me apetece.
No merece la pena.

Pero la lluvia siempre me permite mirarla a la cara y plantarme como si importara lo que yo opinara.

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Pensamientos absurdos