jueves, 17 de diciembre de 2009

Notas en la cama (Sexta sábana)

Se me escapa el tiempo entre gotas de agua mientras me observo en el espejo.

Tal vez algo más cansada que ayer no me cuesta levantarme tanto como antes. Hoy necesité sólo dos horas para recordar quién soy sin ningún tipo de distorsión.

Debí entenderlo hace tiempo, justo cuando aún me gritaban "Es tarde" y yo me quedaba mirando el reloj suplicándole un minuto más para poder despedirme con notoriedad.

"No va a venir"

Ahora es tarde, ha pasado tanto tiempo que apenas recuerdo tu voz, ni siquiera tus ojos y, mucho menos, tus manos. Ahora es tan tarde que si te viera no sabría quién eres. Ni siquiera podría reprocharte nada porque serías un desconocido más.

Ahora, que ya no te conozco, ahora que no te busco, ahora que no te encuentro. Justo ahora, apareces.

Y me da igual que vuelvas, que me conozcas o que me busques.

Porque yo ya no soy, no estoy, no vivo, no respiro y no lato todo lo que antes era, estaba, vivía, respiraba y latía.

Porque ya sí que es tarde para volver con un ¿Qué tal? y esperar que todo siga igual que hace cinco años.

Ahora es tarde para que te enteres de que, cuando tú decidiste enterrarte, yo también lo hice. Me quemé en lo que era y tuve que encontrar lo que no era para empezar a ser quién soy.

Ahora, es tan tarde, que podrías volver a tu tumba y quedarte allí.

Muerto estabas estupendamente.

Y yo, viva, gano mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pensamientos absurdos